Mientras la población de nuestro país se ha mantenido mas o menos constante o ha disminuido, la cantidad de perros se ha triplicado o cuatriplicado. Basta con notar que los perros ocupan espacios que antes eran propios de los humanos: azoteas, playas, etc.
Muchas actividades de descanso o recreación han sido afectadas por estos animales: en las plazas y parques uno ya no puede pisar porque hay un promedio de 15 soretes por metro cuadrado; en las playas nunca falta el idiota que baja con su perro y se mete al agua con el; y si resignado por esto querés ir a tu casa y dormir, a las 4 de la mañana te va a despertar el perro del vecino ladrando como un condenado. Puto perro y puto vecino!!.
Pero todo esto obviamente no es tan grave como los perros-caballos que cada tanto se morfan a un cristiano.
¿Qué nos pasó uruguayas y uruguayos? ¿Porqué estamos perdiendo esta guerra? La explicación es simple: los perros ejercen algún tipo de control mental sobre los humanos obligándolos a tenerlos como mascotas, y luego de eso comienzan a dominar al dueño y lo van transformando en perro a él. Esta transformación se puede apreciar claramente en los últimos años, en el plantel de Peñarol y de la selección uruguaya de futbol.
¿Por qué otro motivo alguien va a tener un perro en su casa? ¿Los pelos, pulgas, pichi, caca, mal olor, etc. que dejan? ¿La posibilidad latente de que se coman un cacho de asado de arriba de la mesa, o un cacho de brazo de alguien? No creo, me parece que definitivamente dominan nuestras mentes…
El primer paso que debemos tomar, es deshacernos de nuestros propios perros, como muy bien lo describe la canción “El Malevo” JUIIIIRAAAA MALEVOOO!!!!! JUIIIIRAAAA MALEVOOO!!!!!